RESEÑA: ‘Katamari Damacy: Reroll’: acumular cosas nunca había sido tan divertido y satisfactorio
Katamari Damacy, un clasico de culto regresa desde el año 2004 para demostrar que no se necesita mucho para ser un gran y divertido juego.
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Katamari Damacy, un clasico de culto regresa desde el año 2004 para demostrar que no se necesita mucho para ser un gran y divertido juego.
En su momento yo no pude tener la oportunidad de jugar Katamari Damacy, es más, la única razón por la que sabía sobre la existencia de este juego era por parodias en YouTube tipo: “Si los videojuegos fueran reales”.
Sabía que era un juego de culto pero no sabía el por qué, ni cómo ni cuándo… ¡nada!, hasta ahora, y no se como es que me perdí de uno de los juegos mas satisfactoriamente frustrantes de Bandai Namco.
Afortunadamente Katamari Damacy Reroll llego y nos dio una nueva oportunidad para satisfacer nuestra necesidad de acumular cosas ahora en HD.
He jugado juegos con historias super raras que parecen ser un chiste muy largo y creo que este también es el caso de Katamari Damacy.
De esto te das cuenta desde su muy extraña intro que pueden ver por ustedes mismos.
La historia va de que el rey del cosmos desapareció todas las estrellas habidas y por haber y… bueno, eso es todo, tu trabajo como el príncipe es recuperar esas estrellas rodando y acumulando cosas, tarea que por cierto te da el mismo rey que las desapareció.
También en esta historia veras una extraña trama que por mas extraña que parezca, me mantuvo lo suficientemente enganchado para saber en qué continua.
Básicamente en esto se resume el juego, rueda, rueda mucho; es perfecto, realmente no necesita más para ser divertido, pues todo lo que tendrás que hacer es, rodar, acumular cosas y en cuanto termines, convertirlo en estrella o constelaciones.
De hecho, el juego cuenta con este único modo de juego a parte de un multiplayer local que básicamente es lo mismo, rodar y ver quien crea la Katamari más grande.
No les voy a mentir, en un inicio el juego me pareció exageradamente frustrante, mas que nada por los controles, pues cualquiera creería que el juego se controla con un solo Stick (o palanca, como gusten llamarlo) pero no, resulta que el juego se controla con ambos sticks.
Esto al inicio me pareció muy frustrante, pues estoy muy acostumbrado a que me den esa libertad de poder controlar la cámara de manera independiente del personaje, cosa que aquí no pasa, esto sumándole algunos glitches de físicas y de pequeños errores de cámara que son bastante molestos a veces.
Pero al poco rato te acostumbras, sus controles son tan intuitivos como manejar un cochecito de control remoto, todo dependerá de que tanta coordinación puedas darles a tus manos para moverte.
Con el tiempo te darás cuenta de que estarás moviendo tu Katamari con facilidad y podrás sentir ese gran placer en la recolección de objetos, que por cierto, es una de las partes más satisfactorias.
Lo satisfactorio en este juego esta en tu progreso en cada nivel, pues como en todo, iniciaras desde abajo, con una Katamari que mide 10cm (varía en cada nivel).
Y es un poco frustrante que te rodean un montón de cosas que no puedes recoger, pues tienes que iniciar con objetos como clavos, clips, piedritas incluso; todo lo que sea más pequeño que tú lo recogerás sin problemas, mientras mas objetos recojas mas grande se ira haciendo tu Katamari.
Lo gratificante viene en que conforme avanzas harás crecer la Katamari, y conforme creces mas objetos puedes recoger, y los objetos que anteriormente te hacían perder cosas si chocabas con ellos, ahora podrás arrollarlos también.
Es el tipo de satisfacción de superación de obstáculos, incluso me atrevo a compararla con la satisfacción que da vencer enemigos de niveles altos que al inicio no podrías vencer en algún juego RPG.
En realidad, esta satisfacción es algo difícil de explicar, así que lo mejor es que la sientas por tu propia cuenta.
Que, por cierto, para todo esto tienes un tiempo límite que también varia en cada nivel, en cada uno te pondrán un objetivo de tamaño que debes cumplir, y en caso de no cumplirlo, prepara ese autoestima porque el rey no es del todo amable.
Claro, si logras el tamaño que se te pidió de Katamari en el tiempo correspondiente no habrá ningún problema, de hecho, si completas el objetivo antes de que el tiempo se acabe te darán la oportunidad de seguir haciendo que crezca.
La acumulación innecesaria de cosas es algo de lo que muchos coleccionistas sufrimos, pues si vemos algo que no tenemos sobre un tema en particular, tenemos la necesidad de obtenerlo y si eres de esos que les gusta tener los juegos al 100%, vas a sufrir aquí de esa acumulación (¡Ayuda!).
El juego cuenta con un menú de recolección en el que podrás ver todo lo que has obtenido en tus Katamari, y va desde frutas, hasta edificios, son un montón de objetos, aun mas es bastante complicado obtener todos, pues habrá unos cuantos que estarán de cierta manera ocultos o serán de difícil acceso.
Lo malo, es que navegar en estos menús de recolección es algo frustrante y pesado, pues esta muy lento y tarda mucho en cargar, es como si faltara cierta optimización en ese apartado.
También en cada nivel habrá un regalo para ti escondido en los mapas, que el rey “por accidente” tiro por ahí, estos regalos son para fines estéticos, pues son cosas que le podrás poner al príncipe, como, por ejemplo, audífonos.
Por último, quisiera dar un gran mérito a la música de este juego, que, desde el inicio, es increíblemente pegajosa, escuchen esto.
Y no sólo es la de el menú, pues durante el juego en cada nivel escucharas diferentes canciones que son en verdad buenísimas y te harán disfrutar mucho el juego ya que la mayoría suele tener diferente estilo musical tanto melódico, como en letras.
El soundtrack de este juego es uno de esos que sin problemas puedes escuchar mientras haces tareas, y si tienes oportunidad, hazlo, escúchalas.
Katamari Damacy Reroll quizás no sea un juego que a muchos les podría gustar hoy en día, sobre todo por la cantidad de contenido que apuesto muchos podrían considerar insuficiente, pero les aseguro que eso no es ninguna limitante, el juego es sencillo pero adictivo.
Es un juego que cumple con ser divertido y no necesita nada más, pues es perfecto tal y como está.